La esencia de esta práctica es crear espacio interior.
Restaurar el cuerpo y la energía desarrollando la relajación física, mental y emocional.
Los movimientos son más lentos y suaves y aumenta el periodo de relajación.
Se realizan posturas cómodas utilizando cojines, mantas, ladrillos, cinturones, paredes, sillas…
La respiración se hace más lenta, el pulso y la mente se desaceleran haciendo que
el sistema nervioso descanse y consiguiendo una relajación profunda que nos ayudará a
recargarnos de energía y a volver conectar con nuestra quietud interior recuperando nuestro equilibrio.
Está orientada a personas:
– Agotadas energéticamente o con mucho estrés y ansiedad.
– Con dolores y con lesiones leves y/o en recuperación.
– Con un condicionamiento físico y rango de movimiento bajo.
– O que quieran hacer Yoga más suave orientado a la relajación